¿Pesadillas u oportunidades?

Una mudanza no tiene que ser pesado, si resignificar la mirada puede ser una oportunidad y un buen momento.

Celebrar una cena de despedida, reservar tiempo y valorar lo positivo del nuevo hogar puede disminuir la carga emocional de un cambio de domicilio.

Tres de cada cuatro españoles han cambiado de vivienda alguna vez. La media es de cuatro mudanzas a lo largo de la vida, aunque las cifras se han incrementado desde la crisis de 2008 y el inicio de la pandemia.

En cada cambio de domicilio es infrecuente la preguntarse:

¿Hice una buena compra? ¿Es peligroso el lugar? ¿Los vecinos son amables?

Las mudanzas son deseadas u obligadas, según sea el motivo que haya originado el cambio de domicilio el inicio de una vida en pareja, el nacimiento de un hijo, un proceso de divorcio, una situación de crisis económica, un desastre climático, el traslado de una ciudad o de país, etcétera. Implicarse en ellas puede estar relacionado, además, con el estilo de personalidad.

Los psicólogos Markus Jokela y Lisa Keltikangas-Järvinen de la Universidad de Helsinki realizaron un estudio en 2008 en el que señalaron que hay personas que están abiertas a la experiencia y tienen menos miedo de cambiar su dirección. Mientras que a otros les gusta hacer cambios. ¿Con cuál te has identificado?

Después de todo, no faltan razones para preocuparse, la belleza de la vida puede estar en la resignificación de las cosas.

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• 31 marzo 2023

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